sábado, 28 de abril de 2012

Los Centroamericanos, Más que un Dato.



Es durante la década de los años ochenta que se dan con mayor auge las migraciones de centroamericanos a los Estados Unidos, especialmente motivados por la falta de oportunidades en sus países de origen y por las guerras internas y la inestabilidad política y económica  que en ese momento  sacudían a países como El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala. Después de tres décadas de iniciados estos procesos migratorios los latinoamericanos residentes en los  Estados Unidos crecieron en un 37% según indica el Censo realizado en el 2010. En el caso de los guatemaltecos pasaron de ser 372,487  en el año 2000 a 1,044,209 para el 2010. Esto para lamento de los grupos xenófobos y para beneficio de aquellos que explotan la mano de obra barata de los guatemaltecos y pagan sueldos míseros sin  prestaciones. 

En lugares como Los Ángeles, la presencia de centroamericanos es ampliamente notoria. El español y la mezcla de los  acentos de la región es perceptible. Aún más la venta de comida como caldo de res, tamales, rellenitos, chuchitos, pupusas y panaderías distribuidas en varios puntos de la ciudad muestran la notoria presencia de los centroamericanos en ese Estado. Una vuelta por el parque Macartur  o por la calle Bradway en el centro de Los Ángeles posibilita con facilidad encontrarse con alguien de Totonicapán, Huhuetenango o Zacapa. En esos lugares el color bronceado y moreno de la gente
es predominante.
 
Es importante anotar que en la ciudad de Los  Ángeles, se estima que se asientan un aproximado del 40% del total de centroamericanos en los Estados Unidos. Pero más allá de ese crecimiento poblacional y esa presencia centroamericana, el censo del 2010 muestra otras realidades no tan satisfactorias. Los centroamericanos en Estados Unidos son los más rezagados en educación, ingresos, obtención de ciudadanía y empleos bien remunerados y estables.  El 20% del trabajo que realizan los centroamericanos es en construcción y mantenimiento y cerca de un tercio no llega a ganar mil setecientos dólares al mes. Únicamente un escaso 2% del total de centroamericanos cuenta con estudios de postgrado; y de los que tienen 25 años o más, el 32% no llegó a noveno grado de escolaridad.
Si bien los datos numéricos son un buen referente, suelen ocultar y disfrazar otras realidades. Las estadísticas no toman en consideración a quienes no están legales. De esa cuenta el dato que indica el trabajo de los centroamericanos en construcción y mantenimiento seguramente debe ser mayor. ¿y qué sucede de los cientos de mujeres que realizan las actividades domésticas o que trabajan como niñeras? Claro que la encuesta muestra que el nivel educativo más bajo es el de los centroamericanos, sin embargo no se abordan las limitantes que impone el sistema político estadounidense a cientos de jóvenes para acceder a la Universidad. El tener un padre ilegal ya de por sí es un obstáculo, pagar los estudios universitarios ni se diga, un centroamericano residente debe pagar más que un ciudadano estadounidense. Hay mucha gente que excluyó el censo que no gana ni los mil dólares al mes y debe pagar apartamento, alimentación, vestuario y todos los servicios como luz, gas y agua. Además debe enviar a los familiares en el país de origen un apoyo económico que se traduce en remesas. Sería innovador que para el próximo censo también llevaran un control de los centroamericanos que dejan su dinero en GAP, Ross, Victoria´s Secret, Macy´s, Glandale mall, etc, no me sorprendería que allí los centroamericanos figuraran como ciudadanos por las cantidades de dinero que consumen. Tampoco sería mala idea que para el próximo censo contabilizaran la cantidad de basura y desechos que producen, la cual es reciclada por los centroamericanos. Los vehículos que tienen como chatarra ahora circulan por las calles de Guatemala, y la ropa y juguetes que desechan son reestrenados por los guatemaltecos cuando son comprados en alguna tienda de venta de ropa usada (o paca). Ni que decir de la basura que nos mandan a través de la televisión. Finalmente el censo debería advertir también sobre los miles de deportados cada año, sólo en el 2011 ya suman cerca de 30 mil guatemaltecos. En conclusión, el censo nos da unos datos, pero no todos. 

por: El logo-socio

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