domingo, 23 de mayo de 2010

Opinión

Money, Money

Lo que coloca a seres humanos después de los cerdos en la prioridad de elección de alimentos es el hecho de no tener dinero ni dueño. Jorge Furtado, Video documental ‘La Isla de las Flores’.

Dicen los estudiosos del origen de la humanidad, que desde que existimos como tal, hay dos cosas que han sido muy importantes para nuestra supervivencia y dominio sobre las demás especies: el cerebro desarrollado y el pulgar oponible que nos permite manipular diversas herramientas.

Desde que nos bajamos de los árboles, utilizando nuestra cabeza y nuestras manos, hemos creado una cantidad increíble de herramientas, para construir y para destruir. Lamentablemente hemos tenido más éxito en las segundas, y hoy día tenemos arsenal para destruir seis veces el planeta.

En un principio las herramientas estaban destinadas a facilitarnos la vida, comenzamos utilizándolas para procurarnos la comida, para construir casas, para elaborar vestimentas que abrigaran… luego, y a medida que las sociedades crecieron, la gente se fue especializando en un solo trabajo. Además de agricultores y ganaderos, aparecieron albañiles, carpinteros, sastres… y como ya no todos producían de todo lo que era necesario para vivir, surgió el intercambio, de los productos del trabajo y del trabajo mismo, o sea, de bienes y servicios, como dicen los economistas.

Pero imaginemos lo complicado que pudo haber sido para un agricultor pagar los servicios de un sastre, pagando con dos arrobas de maíz, dos manos de aguacates, una botella de leche, tres ayotes… Para facilitar estos intercambios hubo que crear un nuevo instrumento; así apareció el dinero.

Para que se produjera el comercio entre el agricultor y el sastre, el agricultor antes debía haber utilizado su azadón y su chuzo para labrar la tierra, y cosechar los productos cuya venta le proporcionaría el dinero necesario para comprar la ropa que el sastre habría confeccionado con la ayuda de sus tijeras y agujas. Y es que nadie nunca ha podido cultivar un huerto o confeccionar una mudada de ropa con un simple manojo de billetes.

Esto parece haberse olvidado, porque en los tiempos que corren se ha dejado de reconocer el trabajo de la gente y se valora mejor a quien más dinero tiene, sin importar como lo ha conseguido. Ya nadie admira el trabajo de un buen albañil, un buen herrero, o una buena costurera.

Al igual que el resto de herramientas que utilizamos, el dinero puede ser muy peligroso, y a veces resulta más efectivo que un machete a la hora de matar gente. Un ejemplo de ello es el hambre que se produce debido a la especulación con la comida: campesinos pobres y endeudados venden barato al momento de cosechar, mientras grandes inversores compran y embodegan, provocando una falsa escasez que eleva los precios. Los campesinos guardan lo que se van a comer, pero si surge una enfermedad o cualquier contratiempo deberán vender algo más, y desajustar así la comida para el año. Esto los obliga a buscar trabajo para volver a abastecerse, pero aunque lo consiguieran, ahora tendrán que conseguir más dinero ya que los especuladores han multiplicado los precios. En el mundo entero una de cada siete personas no tiene que comer, pero comida hay para alimentar al doble de la población mundial, es la existencia del dinero lo que separa al hambriento de su alimento.

Estos y otros efectos dañinos del dinero son conocidos desde hace ya mucho tiempo, y fue por eso que en su momento la iglesia católica prohibió el lucro a sus fieles, y por eso mismo después de la gran depresión de 1929, los estados decidieron poner límites al libre movimiento de dinero. Pero lo memoria se pierde con mucha facilidad, y las escuelas no ayudan a recordar lo que hay que recordar, y ahora estamos otra vez en las mismas, otra crisis causada por la economía de casino y la libertad excesiva del dinero. Libertad que nunca hemos tenido los seres humanos, dice un inmigrante.

El farol del ciego

2 comentarios:

  1. Debes saber que la raíz de todos los males es el amor al dinero.
    1 TIM 6,10

    ResponderEliminar
  2. El farol del ciego8 de junio de 2010, 13:09

    Pues de todos toditos los males, no lo sé, pero sí está claro que las guerras son generadas por intereses económicos, que el medio ambiente se va al carajo por lo mismo.
    A mí lo que me asusta es la importancia del dinero en la vida moderna, cuantas decisiones se toman en función del dinero, ya no solo dejar de hacer lo que nos gusta por hacer algo más rentable, sino el hecho de elegir amistades que a la postre nos puedan traer un beneficio económico… el tiempo que se dedica a hablar de dinero, es... es preocupante.

    ResponderEliminar