Poema dedicado a la memoria de nuestro amigo Elfego Melgar Valenzuela
A UN AMIGO QUE SE FUE
El día nacía y el solo quiso abrazarte esa mañana pero llegó tarde al infortunio
Pero los pájaros no callaron su canto y los árboles eran testigos oculares de la revuelta
Te debatías a duelo con la muerte, más esta que es mujer y es celosa se encaprichó con él
Y se lo llevo a dormir junto con ella.
Las palabras volaban por los vientos anunciando tu despedida, más tu cuerpo abra muerto
Más tus ideales siguen retumbando en la conciencia de los que te admiraban
El sol implacable salió de su cuna y alumbraba más fuete que nunca como diciéndote adiós
Una estrella más brillaba en el firmamento, una flor fue arrancada en la tierra.
Dejaste en herencia un verso de Benedetti, tiempo nuevo, el comienzo de algo bueno
Dejaste tus palabras sólidas convertidas en sueños concretos y palpables
Dejaste un puñado de apretones de manos en las manos de los sencillos y humildes.
Somos testigos fieles de tus anhelos y proezas, de tus actos imperfectos pero humanos
De tu lucha ardua y constante para el cambio que se negaba a tener presencia en tu pueblo
Todo se dio en el tiempo y espacio, acondicionado por la buena voluntad de tu corazón.
¿Quién te ha robado el mes de abril?
Estoy seguro que habrá algún lugar del mundo donde pueda abrazar al amigo que se quedo dormido un tiempo atrás.
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