A la fuerza nos desteta Guatemala, como si el alimento
de sus senos no alcanzara ya para nosotrxs. Y los exprimimos cada vez que se
defienden la tierra y el trabajo que nos da “el con qué”. Aunque en realidad sabemos que
lo que se defiende es la vida. Pero la fuerza de nuestro trabajo no alcanza
para sobrevivir. Y allá van muchxs jerezanxs con los brazos listos para
trabajar.
Las
primeras migraciones que Don Angelino recuerda tuvieron lugar aproximadamente
entre los años 50 y 55 del siglo pasado,
hacia El Salvador. Esperaban la temporada del corte de café y caña de azúcar,
el cual se daba del 15 de noviembre hasta febrero o marzo.
En el año 1957 se supo que una compañía bananera
necesitaba trabajadores (cómo olvidar a la atroz United Fruit Company (UFCO)),
por lo que muchos de aquí trabajaron ahí. Primero en la Costa y después se
fueron para Petén a trabajar en las nuevas tierras que se robaban, a la selva.
La UFCO, la
compañía bananera, que fue fundada en 1899,
es la misma que hoy día conocemos como “la melonera”, cuyos cultivos se
producen en el territorio de Asunción Mita.
Don Angelino comenta: “A Petén no tuve valor de irme
porque era demasiado lejos, y qué hace uno si se acaba el trabajo?? Y lejos de
lo que es de uno?? Me contaron que a un grupo de hombres les pasó así: querían
regresarse de Petén porque ya no había trabajo y tuvieron que venirse a pie.
Caminaron 14 días. Y en eso, se las ingeniaron para conseguir comida; y para
tocar un poco la buena voluntad o bondad de la gente, algunos prepararon su
discurso de invalidez con el que lograron conseguir algunos panes”.
Existen relatos impactantes de personas que
posteriormente trabajaron en algodoneras. Y como quien toma una fotografía y la
ve y la palpa, así recuerda un vecino su experiencia en la algodonera: ve a una mujer moliendo maíz en piedra para muchos hombres; de cuando en cuando se detiene para ahuyentar las moscas, pero son muchas, muchas moscas y es inútil, pues paran siendo molidas por la piedra.
Y así salían las tortillas, con patitas y alas y todo.
ve y la palpa, así recuerda un vecino su experiencia en la algodonera: ve a una mujer moliendo maíz en piedra para muchos hombres; de cuando en cuando se detiene para ahuyentar las moscas, pero son muchas, muchas moscas y es inútil, pues paran siendo molidas por la piedra.
Y así salían las tortillas, con patitas y alas y todo.
Ahora ellos manifiestan su desprecio por el sistema capitalista, que permite que asociemos el trabajo con la muerte (como si el trabajo no fuera para sobrevivir), de manera que corramos ese riesgo como algo sin importancia, con tal de darnos y darle a nuestras familias una vida sin penas. Y como dice Don Angelino: “Uno se va como quien dice buscando una fortuna”.
También
cuenta que poco después de los años 70´s el municipio empezó a llenarse de
casas de block y cemento y otras costumbres (que en este pueblo eran extrañas),
ya que “por ese tiempo empezó la bulla de irse para los Estados Unidos. Y así
se nos fueron muchos de lxs nuestrxs
para el norte”.
Como
Don Angelino, muchxs recordamos a nuestrxs familiares y amigxs con nostalgia,
porque desde allá nos cuentan cómo es esa vida y al escucharlxs yo me pregunto
¿qué será eso del sueño americano? Me lo he imaginado así, porque no pude de
otra forma:
Hablás
con máquinas, presionás muchos botones. Los ruidos te ensordecen, te aturden y
te cuesta pensar. Las horas transcurren y vos trabajás, tenés un horario matador
y tu trabajo es monótono-aburrido-tonto y/o peligroso-cansado-rápido.
Y
no hablás inglés pero ya hablás diferente. Compartís la renta y soportás a tus
compañerxs de apartamento. En tus días libres bebés con ellxs y hablás de la
angustia y el miedo porque la temporada de trabajo pronto acabará, y de
regresar… y cómo? de la renta, la
remesa, de lo poco que ganás y de la familia. Te invaden las ganas de llorar y
llorás porque caes en cuenta de que estás solx. Y ahí sí soñás: a tu gente, a
tu barrio, a tus ríos y montañas. Y al día siguiente, (porque casi siempre
llega), tempranito suena la alarma y despertás. Abrís la puerta, salís a la
calle: tu gente, tu barrio y tu historia no están. Sos unx más.
Acaso
el Sueño Americano consiste en soñar con regresar a tu pueblo??
Te
preguntás si es mejor quedarse
Recordás
la situación de trabajo en tu país
Pensás
que todo es una mierda
Querés
regresar y estar con los tuyos
Porque
como dijo una chica de barrio en Estados Unidos: “No es lo mismo comer mierda
aquí que comer mierda allá”
¡Saludos!
ResponderEliminarSoy la señora Ana Maria Julio, nacida en noviembre de 1952 en Alicante, propietaria de una empresa comercial, actualmente en cuidados intensivos por enfermedad.
Perdí a mi marido, con el que no tuve la oportunidad de tener un hijo, durante la crisis de Covid-19.
Tengo un tumor cerebral y, según los exámenes médicos, esta enfermedad acabará con mi supervivencia.
Mi padre religioso y guía espiritual me recomienda regalar mi herencia para obtener el favor divino.
Me gustaría donar la suma de 332.000 euros para cuidar mi herencia y adoptar a mi cariñosa gatita Mila en una familia.
Esperando que mi nota le sea útil, y esperando su respuesta, escríbame a mi dirección de correo electrónico que figura más abajo para mantener una conversación franca y honesta con el fin de saber más sobre esta donación.
anamariajulio38@gmail.com
Gracias.