viernes, 1 de abril de 2011

La Alternativa Ecofeminista

Las uñas de la época "neo" nos arañaron la piel y nos sacaron las lágrimas, una espina se clavó en nuestro huipil de pasión desgarrándonos a nosotras, a nosotras que del amor hicimos. El empuje de la ciencia moderna en los siglos XIX y XX, y el camino repleto de asfalto por el que ésta nos ha llevado con sus prácticas sexistas, racistas y fascistas ha tratado de desvalorar la lucha y el saber inherente a la mujer, el saber relacionado con la tierra y los ciclos de la luna, con la recolecta y la guarda de semillas cuyo valor esencial radica en la continuidad de la vida, una vida ahora patentada por las multinacionales, quienes practican su ruptura, responsables directos ansiosos de intereses escondidos en los monocultivos, en la uniformidad y homogeneidad. Sangre derramada sobre el trigo rojo y amarillo. Al mismo compás, el mundo patriarcal jerárquico y las teorías globalizadas creyentes de la existencia de una raza superior frente a otra inferior, una persona apta frente a una no apta, un sexo por encima de otro y en sí, las teorías de la marginación, ignorantes de la diversidad biológica cuyo conocimiento se atribuye a la mujer, ha llevado a término la destrucción de la biodiversidad, arrasando por delante el equilibrio natural entre lo humano y no humano en todos sus sentidos, entre las almas y el cosmos. No cansados con esto, el desvalor atribuido al trabajo de la mujer a menudo carente de contrapartida salarial y las dificultades del sistema capitalista para mantener el sinsentido del crecimiento continuo, abrieron sus ojos ciegos para descubrir un nuevo campo de inversión: la mujer, el corazón del alimento. La mujer del sur o del norte es vista ya como un sujeto pasivo falto de alma para las industrias que apuestan por las nuevas tecnologías de reproducción e ingeniería genética. Éstas basan sus principios en la selección de lo que se desea y en la eliminación de lo que no se desea, aplicando medidas puramente físicas como si de ciencia se tratara. En el norte las píldoras sin control, los remedios como el DIU, la fecundación in vitro como solución para la esterilidad, la donación de óvulos, gametos y embriones y los bancos de esperma ya amparados por preceptos legales de la reproducción asistida "para la felicidad”, dejan a la mujer en sí misma y a su naturaleza relegada en un segundo plano, pecando al tratar la esterilidad como una enfermedad (como si eso fuera, como si de una guerra se tratara) y dando pie a nuevos conceptos brutales como la maternidad subrogada, es decir, madres en alquiler. En el año 2006, en España, se realizaron 50.299 ciclos de reproducción asistida de alta complejidad y 29.766 de baja complejidad. Para el sur, sin embargo, cambian de parecer y por analogía tratan la fecundidad natural como el problema, bajo la falacia de entender que el crecimiento de la población es la dificultad e impide combatir la pobreza y el hambre. Mientras que hace unas décadas se optaba por la educación y motivación del uso del preservativo como anticonceptivo y para la no trasmisión de enfermedades, hoy día se opta por soluciones absolutas y radicales como la esterilización. ¡¡No les crean!! Las mujeres no somos las responsables del hambre, los intereses de las grandes empresas privadas de Estados Unidos están servidos. Primero convencieron al gobierno de su país, después a la ONU y al Banco Mundial, y posteriormente a los gobiernos dependientes para que aceptasen y convenciesen a sus gentes acerca de este mito. Lo que a cambio han encontrado es un número creciente de tecnologías destinadas para combatir la fecundidad (para ellos, una epidemia) que legitiman la intervención, incluso del Estado, en la conducta reproductora de las mujeres de Asia, América Latina y África, de nuestras hermanas, de nosotras. El control represivo de la población, y más cuando de una niña se trata en pro de crear varones (patriarcado como negocio), que se viene dando en China o la esterilización en la India serían algunos ejemplos. El uso de la amniocentesis, prueba utilizada para descubrir posibles enfermedades, conlleva riesgo de aborto. Un 1% de las pruebas que se realizan mal logran el embarazo. En la India durante los años 1975 y 1977, aprovechando el estado de emergencia, millones de personas fueron esterilizadas a la fuerza, y yo no puedo olvidar sus cuerpos desnudos, la carne viva cicatrizó pero la herida sigue debajo. En Bangladesh, las medidas de esterilización en proporción sobre el total de medidas anticonceptivas, han aumentado del 19% en 1979, al 30% en 1983 y al 43% durante el año siguiente. Las mujeres del Tercer Mundo son usadas sin piedad para que los interesados ensayen clínicamente prácticas que en los programas de Planificación Familiar de occidente no son aprobadas, este sería el caso de un anticonceptivo inyectable conocido por el nombre "NET-ON" que en 1984 empezó a experimentarse en zonas de la India. Ejercicios como este son cada día más accesibles para nosotras y más cómodos para ellos, evitando la educación, violando nuestro derecho a la información veraz y sensata y dejando sin pies el derecho de reproducción amparado constitucionalmente. La realidad hace evidente las reflexiones que veníamos comentando; en el sur, en el norte, en el este y en el oeste, sin si quiera plantearse las repercusiones físicas y emocionales que sufre nuestro cuerpo y que sin duda alguna, vive la persona que llevamos dentro, la persona que crece en el vientre de mamá, la persona a la que amamos. Estas medidas de control total también repercutirán en la pérdida de confianza en nosotras mismas, en nuestro cuerpo, nuestras curvas y en nuestra capacidad procreadora, tal y como ya pasó con las semillas, las hijas de las mujeres del sur, ahora las hijas adoptivas de las empresas. La ausencia de moralidad y ética en la biotecnología ambiciosa de poder no entiende que el garabato dibujado por un hijo deja ver mejor nuestro cuerpo de mujer. Y aunque ya muchas faltan en las revoluciones, aunque muchas ya no están, no llores mujer, siglo tras siglo, la utopía no murió. "Somos como la paja del cerro que se arranca y vuelve a crecer y de paja de cerro cubriremos el mundo"
Carla

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