viernes, 1 de abril de 2011

Las Mujeres Somos Más…

Más que un par de tetas infladas con silicón, botox inyectados en los labios, y un par de nalgas bien plantadas, somos más que un cuerpo plástico tapizado de cirugías y rgasmos fingidos en películas pornográficas. Somos más que un objeto sexual. Somos más que el género oprimido que a través de la historia ha vivido innumerables abusos, humillaciones y mutilaciones físicas y emocionales. El silenciado a golpes y torturas cuando se ha atrevido a expresar. Un centenario, cien años de lucha contada, sin embargo; la mujer ha luchado por sus derechos desde que la humanidad existe. Aún en su esclavitud en manos de amos, ella ha limpiado caminos, nutrido con sus pezones y soñado con cambios que le permitieran vivir dignamente. Heroínas registradas a través de la historia, celebramos sus nombres y su entrega en la lucha, por su voluntad y garra, en pro de los derechos que hoy en día vivimos las nuevas generaciones: votar, derecho a la ocupación de cargos públicos, el derecho a la formación profesional, el derecho al trabajo y a la no discriminación por el hecho de ser meramente mujer. Y es que hablar de derechos es algo complicado, porque poniendo en el colador el catizumbal de palabras escritas llegamos a la conclusión que, aunque hemos logrado cambios, cada día la sociedad machista y patriarcal nos impone nuevos cercos y barreras. Y pues el machismo tema basto del cual hablar, pero también es cierto, que se mama desde la infancia y el hogar es la primera escuela. Unificándonos podemos romper esa barrera, ese círculo vicioso: comenzando porque las mujeres nos demos a respetar. Seguimos siendo remuneradas con bajos salarios aún y cuando realizamos las mismas tareas laborales que los hombres; se sigue dudando de nuestra capacidad, de nuestra inteligencia y nuestro tesón para optar a cargos importantes en nuestros lugares de trabajo. Las mujeres somos más que un cuerpo semidesnudo utilizado en anuncios publicitarios, las mujeres somos: creación, entrega, inteligencia, sabiduría, garra, perseverancia. Somos sinónimo de: valores, autoestima, factores de cambio, aprendizaje, amor, lucha, belleza; léase belleza, no como un mero símbolo sexual. Nuestra mayor belleza es la interior: es luz, es paz, es compañerismo, apoyo… Es por eso que hoy, en el aniversario del primer centenario de aquel 8 de marzo de 1911, hago el llamado, paso la voz, tiro la chibola, a mis congéneres (y a los machos) a seguir caminando, vamos avanzando, algunas veces a pasos lentos, en otras, a zancadas inimaginables, pero la lucha sigue, hay mucho camino aún por limpiar Desde nuestras casas, en nuestra comunidad, en nuestro municipio, pueblo o aldea, en nuestros lugares de trabajo, nuestra labor principal es educar y cambiarle los paradigmas a esa sociedad machista y patriarcal, enseñarle que somos seres humanos pensantes y actuantes con la misma o mayor capacidad que los hombres. Aquí el asunto no es demostrar que somos mejores y que nuestro feminismo está peleando contra su machismo, no; aquí el asunto es otro: igualdad de derechos, en toda la extensión de la palabra. Somos mujeres que vivimos con una necesidad urgente de cambiar: hábitos, normas y leyes impuestas por el género opresor. Seguimos en la lucha, cien años es un camino largo ya andado, pero falta mucho más por recorrer. Pero como no solamente son los hombres los opresores, sino también hay lucha de mujeres contra mujeres: hago el llamado a viva voz, con megáfono en mano y señales de humo, a toda aquella hembra machista y opresora, que se una a la lucha, a nuestra lucha, que sienta el orgullo de haber nacido hembra, y que si a las cansadas no va ayudar pues que tampoco estorbe. Hacerlo porque es indignante lograr puestos laborales dando a cambio la satisfacción sexual y pagando con su cuerpo lo que debió de haberse ganado por su inteligencia y capacidad. Aquí la lucha es de todas; rangos, credos, edades, lenguas, color y absurdos niveles de clase social porque vienen sobrando: aquí el trabajo es de equipo, (hombres justos y mujeres justas) madres, obreras, estudiantes, artistas, maestras… la profesión y el oficio son meros trámites, lo importante es la acción, la lucha, en tu campo. Así es pues, celebramos cien años, de lucha continua, por las que dieron su vida a cambio de nuestra “libertad y derechos” hagamos pues, que su sacrificio haya valido la pena. Cien años… y seguimos caminando…


Ilka Ibonette Oliva Corado.

Estados Unidos.

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