viernes, 1 de abril de 2011

Femenino = femineidad… y otras falacias del sistema.

Sexo Y Género
Desde el momento en que nacemos nos dicen, tu sexo es X, por lo tanto tu rol, va a ser X+X. Perteneces al género FE-ME-NI-NO… y entonces? Lo femenino, supone ser y actuar de manera femenina, es decir, mostrar tu “femineidad” o en caso contrario caerás a la hoguera de las que NO cumplen su rol. PAPEL DEL PATRIARCADO EN LOS ROLES DE GÉNERO Bien se ha encargado el patriarcado de “educarnos” en el machismo. El capital, el poder, la productividad, todo se ha creado desde una perspectiva utilitarista de los recursos, por y para el Hombre; desde la naturaleza, los animales, hasta por qué no? las mujeres. Tanto esfuerzo y estrategias dedicadas durante siglos, primero por la Iglesia, después por el capitalismo: el poder político y económico, enmascarado por el aura de la cultura dominante; no pueden ser ahora puestos en duda, tambaleados e incluso derribados por un grupo de mujeres organizadas o no, simplemente indignadas ¡hartas! que reivindican sus derechos. Las feministas son tachadas de lesbianas, marimachos que no saben como llamar la atención ante su histerismo natural (porque son mujeres claro!) FEMINISTAS Hace siglos nos quemaban por brujas, ahora por feministas. Qué nos quieren decir, quién nos lo quiere decir, el SISTEMA, el HOMBRE, el ENEMIGO… ¿? Todo son falacias, mentiras para clasificarnos y subyugarnos en nombre de la SOCIEDAD ¿pero quién es la sociedad? ¿acaso no somos todos? ¿… y todas? No, realmente todavía no somos todas, todavía somos invisibles ¡todavía! VISIÓN DEL NORTE Y DEL SUR ACERCA DEL FEMINISMO En el caso del feminismo, se trata de una especie de virus asocial que intenta infectar globalmente al máximo número de mujeres en el mundo. Pero desde el Norte nos dan a entender que no tenemos de qué quejarnos; desde el Sur, que es una locura que se han inventado en el Norte por aburrimiento. El caso es conseguir marear tanto que hasta las mismas mujeres nos consideremos un tanto estúpidas por ser feministas. CÓMO DEBEMOS SER LAS FÉMINAS Y LA MANIPULACIÓN DEL MERCADO Las mujeres tenemos la obligación “social” de parecer bellas o de ser deseables en todo momento. Esta preocupación por la opinión del “otro”, hasta hace poco, era algo exclusivo de la mujer, el hombre no tenía que preocuparse por sentirse deseado porque sus deseos eran órdenes para la mujer, que no tenía que esperar reciprocidad, sino ofrecer obediencia. Sin embargo vivimos inmersos en un sistema enfocado a la producción de capital, al movimiento del mercado, al consumo. Este sistema predica el consumismo sin consecuencias aparentes para quien lo practica, más que la de ser dependiente de todo lo que le venden en la tele. Por este motivo cuando ha salido a la palestra la figura del hombre que saca a relucir su lado “femenino” se ha creado todo un mercado dedicado a él. Ya sea porque les preocupa sentirse deseados por sus parejas ( hombres o mujeres) o bien porque quieren preocuparse por el mantenimiento de su cuerpo y formar parte del mundo de las apariencias (metrosexuales), terminan por someterse a la dictadura del mercado, convirtiéndose así en esclavos de los mismos parámetros fijados por el patriarcado para las mujeres; ahora son objeto de deseo ( al menos eso asegura la publicidad). Siempre nos dicen como tenemos que ser, pero cómo tenemos que ser para ser femeninas! Para mostrar femineidad pero “femenino”, no es mujer. La diferencia entre unos y otras, es que los hombres que DECIDEN entrar en esta espiral, lo hacen VOLUNTARIAMENTE, no es por la presión social, cultural, justificada por siglos de dominación. Para las mujeres todo está predefinido. Femenino es el concepto que ha creado el patriarcado para subyugarnos a sus deseos, para tratarnos como objeto, como sus compañeras, como SU… complemento, no por ser lo que somos como mujeres, a partir de ahí todo está fallido, a partir de ahí todo es un sistema cuya base es falsa, una falacia. Los medios, la sociedad, la tele, incluso tu vecina te dicen como vestirte, como peinarte, como maquillarte, a quién te tienes que parecer, cuál es tu modelo de belleza…y si no lo cumples eres una fracasada. Para conseguirlo la publicidad (el mercado) te ofrece toda una gama de productos que debes adquirir a cualquier precio. Lastimosamente si no perteneces a una clase económicamente poderosa te verás abocada a hipotecar tu salario, tu trabajo, tu vida! o en caso contrario estás condenada a ser un deshecho social porque aparte de pobre y mujer, no eres guapa! La sociedad te castiga, puedes ser la persona más “bella” del mundo, pero no te vas a poder vestir, ni maquillar como el ideal que te han marcado, como la actriz , modelo, o cantante que está de moda, a la que podrías parecerte pero no llegas… lástima! si pudieras permitirte estos productos de belleza, este cuerpo diez a base de gimnasio o cirugías, todos tus pecados serían absueltos. Entonces te sientes mal, te sientes menos, tu autoestima se va por los suelos y los hombres (los malos) lo perciben. Utilizarán artimañas para seducirte regalándote el oído, aprovechando tus miedos. Te dirán lo bellísima que eres, lo mucho que te pareces a sus prototipos y que no necesitas nada más, nada artificial. Pero cómo conocen ellos mis miedos te preguntarás, la respuesta es sencilla, ¡Vivimos en un sistema machista! Estos mismos hombres, los machos alfa, también te manipularán en el momento que ya te hayan poseído, que ya seas suya, que ya les pertenezcas, porque de hecho eres un adorno más, un complemento más para ellos, una herramienta para subir su ego y su posición de poder diciéndote todo lo que te falta porque no eres, ni te pareces a esas mujeres, precisamente porque no te puedes vestir ni maquillar como ellas, con el solo objeto de dominarte, de someterte, de anularte. LAS CONSECUENCIAS DEL SISTEMA A los males para la mujer, para el hombre, para las interrelaciones sociales, se suman la explotación en todas sus formas y maneras. La explotación sexual, obrera, ambiental, animal… Qué decir de la explotación a la que son sometidas las mujeres obreras, campesinas, las de abajo! a parte de pobres, mujeres… son nada, menos que nada y así se les paga. Qué decir de las relaciones de poder que se ejercen explotando como objeto sexual a la mujer, la violencia sexual y machista intrínseca a ésta, los patrones culturales derivados de esta sociedad corrupta y perniciosa que favorece la competitividad entre nosotras por miedo a la amenaza de un cuerpo más bello estéticamente (según los dictámenes de la “sUciedad” actual). La ausencia de sororidad*. Qué decir de los daños ambientales que causa la Industria cosmética, las enfermedades que genera, la explotación animal que perpetúa anteponiendo la belleza artificial creada y formada según el estereotipo de una cultura dominante machista capitalista, que ve a la mujer como atributo sexual únicamente. Dentro de lo obsceno que es todo esto, se justifica la experimentación animal para poder disfrutar de ese abanico de colores en los ojos, cuando sabemos por curiosidades históricas que siempre que se ha querido adornar a mujeres y hombres en su día, con los colores en la cara o en el pelo en algunos momentos especiales, se hacía con productos naturales; se hacía con talcos, con cerezas, con todo tipo de tintes extraídos de frutas y barros de origen vegetal que no implicaban el sufrimiento de ningún animal inocente e indefenso durante toda su vida, con el único fin de que Gillette pueda probar sus hojas de afeitar o L’Oréal su rimel de ojos. HACIA LA LIBERACIÓN Lo triste de este circo que han montado alrededor del hecho de ser mujer u hombre justificando nuestros roles culturales, es que para nosotras sigue siendo importante a pesar de todo, inclusive para las más liberadas del mundo, que nuestra pareja o que nuestro grupo de atracción sexual valore si somos más o menos guapas, más o menos deseables en función de esos cánones preestablecidos. Aún, si eres una bellísima persona, con una inteligencia preclara, no te valoras como una mujer completa, lamentablemente. Las mujeres tenemos que ser perfectas, somos mucho más competitivas que los hombres porque no nos han dejado libertad para ser nosotras mismas, sino que nos han señalado siempre cual es nuestra obligación. En todo momento hemos tenido deberes marcados por lo tanto estamos acostumbradas a hacer esos deberes y además, aspirar y superarnos por lo que nosotras mismas queremos o deseamos. Entonces si TÚ, MUJER, eres profesional, eres inteligente, eres buena persona, tienes un carácter amable, eres una persona luchadora, eres fuerte, pero sensible, tienes todas las cualidades del mundo mundial deseables para cualquier persona en general, si eres perfecta, aún así, te pondrás frente a un espejo para ver ¿qué falta?!! Somos esclavas, necesitamos soltar esas cadenas y soltar esas cadenas no quiere decir me dejo los pelos largos porque los tengo, no me maquillo porque soy feminista ¡no quiere decir eso! Libérate por dentro y por fuera de lo que piense el mundo, pero sobre todo de lo que pienses tú misma, porque todo ha sido creado y te han estado y te siguen machacando , te han estado formando, educando, instruyendo en cómo debes ser. Es tan difícil dejar de pensar en cómo tienes que ser, que incluso cuando haces lo opuesto radicalmente por ir a la contra o por reivindicar tu feminismo, también partes desde los parámetros que te han sido inculcados. Por lo tanto se tu misma, libérate de esas cadenas ¡es nuestra verdadera revolución! LESBIANAS, LOCAS… ECOFEMINISTAS Las afortunadas que podemos gritar que no nos gusta el sistema en el que vivimos que lo queremos cambiar y transformar nos llamamos FEMINISTAS, sin embargo a veces nos llaman lesbianas, como si de un insulto se tratara. En mi opinión lo que condenan es la manifestación sexual del afecto, está bien que sientas afecto por mujeres pero no que lo manifiestes sexualmente. Me niego a clasificarme en función de con quién comparto mi vida sexual, porque no condenan o clasifican el afecto, sino la práctica y atracción sexual ¿A quién le importa siempre y cuando sea de mutuo consentimiento? Me atrevo a decir que cuento con el apoyo de mi pareja, que debe de ser, un culero. No gay, u homosexual… ¡un maricón! Porque él es feminista, un hombre feminista. Debo de ser lesbiana porque amo a mis hermanas, las mujeres y me enamoré de un hombre. No es algo arbitrario, yo quiero, no quiero, ser o no ser, pero se empeñan en ponernos etiquetas. Si te preocupan los animales, la naturaleza, o tus semejantes estás loco, loca. Si estar cuerda es ser un elemento más del sistema, algo productivo algo que sirve para sustentar y darle continuidad ¡bienvenidos a la locura! me encanta estar loca. Dejen de buscar la manera de clasificar o ponernos nombre, de hacernos cuadrados. Eres feminista o eres ecofeminista, o eres hippie o eres roja o eres… simplemente somos! No queremos etiquetas, no queremos estar quietas, ni quietos, no somos cuadrados, somos círculos, nos movemos y nuestra locura la llamamos libertad.


*sororidad: " amistad entre mujeres diferentes y pares, cómplices que se proponen trabajar, crear, convencer, que se encuentran y se reconocen en el feminismo para vivir la vida con un sentido profundamente libertario" .http://lady-read.blogspot.com/2007/01/empoderamiento-femenino-y-sororidad.html


Margot Gárnica Silva. Gherit

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