De Paisan@ a Paisan@
“Cuando
me vine de mi tierra El Salvador, con la intención de llegar a Estados Unidos,
sabía que necesitaría más que valor, sabía que a lo mejor quedaba en el camino.
Son tres fronteras las que tuve que cruzar, por tres países anduve
indocumentado, tres veces tuve yo la vida que arriesgar, por eso dicen que soy
tres veces mojado” (1989).
Así
empieza una de las canciones, que saldría al aire a finales de los ochenta,
década en la que se mantenían las guerras internas tanto en El Salvador como en
Guatemala, del popular grupo de música regional mexicana, Los Tigres del Norte.
Con más de treinta discos grabados y un repertorio global de más de 500
canciones este grupo originario del norte de México, se ha convertido en un
símbolo para los sectores desposeídos de muchos países latinoamericanos, y para
los latinos en Estados Unidos. El particular estilo de su música, pero ante
todo el contenido de la letra de sus canciones han captado la atención de
diferentes seguidores alrededor del mundo. Formado en los años sesenta por los
hermanos Hernández, su repertorio musical abarca todo tipo temas, entre ellos
el social y político. En esta ocasión destacamos su propuesta en defensa de los
inmigrantes plasmada en varias de sus canciones. Temas como: La jaula de
oro, donde sin utilizar mayores herramientas sociológicas, dejan muy
claro en la letra lo difícil que puede ser el proceso de integración e
incorporación a una sociedad consumista como la estadounidense:
“De qué me sirve el dinero, si estoy como prisionero, dentro de esta gran nación.
Cuando me acuerdo hasta lloro, y aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión” (1984). Letra en la que puede haber una continuidad y complemento si atendemos a la canción: El mojado acaudalado (2003) donde agregan en una de las estrofas de la canción: “pues aunque tengo dinero no soy feliz donde estoy”, refiriéndose a los Estados Unidos.
Para
los años setentas, cuando los procesos migratorios empezaban a crecer, Los
Tigres, dedicaron otras canciones a los inmigrantes, entre éstas: Vivan
los mojados y La tumba del mojado. En el año 2000
nuevamente exaltan a los inmigrantes con la canción: De paisano a paisano.
Es una canción que no solo denuncia, sino que además reta a las autoridades
migratorias. Por otra parte plasma a esa adormecida clase media estadounidense,
que prefiere darle un mejor trato a sus mascotas que a quienes les realizan los
trabajos más pesados, menos calificados y peor pagados,
“…
antes de seguir cantando yo le pregunto al patrón ¿quién recoge la cosecha? ¿quién
trabaja en la limpieza de hoteles y restaurantes? ¿y quién se mata trabajando
en construcción mientras el patrón regaña tejiendo la telaraña en su lujosa
mansión? Muchas veces ni nos pagan, y para que sale la llaga, como sal
envenenada nos echan la inmigración, si con mi canto pudiera derrumbaría las
fronteras para que el mundo viviera con una sola bandera en una misma nación”.
Pero
su forma de abordar el tema va más allá. En la canción: Mi sangre
prisionera, muestran el otro lado de la inmigración. Los padres que se
ciegan por hacer dinero y se vuelven dependientes del estilo de vida material,
descuidando a sus hijos, y dejándoles como único refugio las pandillas
juveniles,
“…
hice mi Dios del dinero y al hijo que tanto quiero lo hice fiera de prisión, de
qué me sirvió el dinero, si terminé limosnero, mendigando por mi hijo
compasión” (1996).
Los
Tigres, han logrado fusionar el amor y la inmigración; así lo demostraron con
la canción José Pérez León. En una trágica historia de amor, como
muchas que suceden en nuestro medio, nuestro amigo José, buscando una vida
mejor deja a su mujer, sin saber el desenlace de embarcarse en la arriesgada
travesía,
“…
Y se fue ahogando el llanto en el adiós con su mujer, se fue sin saber que de
ese viaje ya jamás iba a volver, pobre José… Así termina la historia, no queda
más que contar, de otro paisano que arriesga la vida y que muere como ilegal,
de aquel José que mil sueños tenía y que a casa jamás volverá”
(2010).
Como
podemos ver, Los Tigres, son uno de esos grupos que trascienden las clásicas
tonadas de amor y desamor; con música simple, y con palabras y frases ligeras y
poco estéticas, logran llegar allí, a donde muchas veces los grandes trovadores
y cantautores no lo logran, a nuestra realidad, a nuestra gente. Razón tienen
cuando reivindican en una de sus canciones:
“Haber
nacido en América, es como una bendición, llena de bellas imágenes, que alegra
el corazón, mosaico de mil colores, bellas mujeres y flores, para los pueblos
de América, les canto mi canción”. En un reciente tributo a
Los Tigres, René de Calle 13, agrega a esta misma tonada:
“Todo
lo comparto con mis hermanos, soy la pesadilla del sueño americano, soy
América, soy lo que dejaron, toda la sobra de lo que se robaron, una fábrica de
humo, mano de obra campesina para tu consumo, todo lo comparto con mis
hermanos, soy la pesadilla del sueño americano” 2010.
El mensaje está más que claro.
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